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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 04/22/2016
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Obras de Misericordia (V)

Hoy hablamos de otra de las obras materiales de misericordia: VESTIR AL DESNUDO. Generalmente asociamos desnudez a pobreza, a precariedad o a vergüenza. También a la dignidad del ser humano. El vestido indica siempre manifestación de la posición social o señal de una función determinada que toda persona cumple en el desempeño de su profesión. Ambas situaciones están relacionadas también con una actitud ante la vida y su mera manifestación tiene una connotación ambivalente. Desnudo por no tener nada (clara referencia a la miseria) o por haber prescindido de todo lo que nos arropa como hizo san Francisco de Asís. Vestido para proteger del frío o de los miedos o también como exponente del lujo refinado o de la ostentación descarada de la riqueza.

Recordáis cómo la Biblia nos refiere pasajes que impresionan, conmueven y nos lanzan a una profunda reflexión sobre la Alianza de Dios con la humanidad, desde la desnudez de nuestros primeros padres en el relato del Génesis hasta el despojo de las vestiduras de Jesús y su posterior crucifixión. En este momento sólo os propongo unas citas bíblicas en las que nos aconsejan o invitan a la acción. Dice el profeta Isaías (58, 6-7) “Este es el ayuno que yo quiero… cubrir al que ves desnudo…” y también el profeta Ezequiel (16, 8): “(esto dice el Señor)…extendí mi manto sobre ti para cubrir t desnudez. Con juramento hice alianza contigo… Y en el Nuevo Testamento el evangelista Mateo (25, 34-36) afirma: “Venid vosotros, benditos de mi Padre… porque… estuve desnudo y me vestisteis…” y san Pablo en su carta a los Romanos (8, 35-37) nos recuerda que nada, ni siquiera la desnudez, nos separará del amor de Dios. Terminamos con el consejo de la carta de Santiago (2, 15-16): “Si tu hermano… anda desnudo y falto de alimento diario y uno de vosotros le dice: ‘Id en paz, abrigaos y saciaos’ pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?”.

Os invito a colaborar con todos aquellos que recogen ropa para ofrecerla y compartirla con los necesitados. Son muchos grupos en nuestra diócesis y nos permiten ejercitarnos en el desprendimiento, no dar sólo lo que nos sobre y promover y fomentar el respeto por la dignidad de todos los seres humanos.

En cuanto a la obra espiritual de misericordia CONSOLAR AL TRISTE nos acerca al significado más evidente de esta celebración jubilar. Si miramos a nuestro alrededor, nos encontramos con muchos rostros golpeados por la enfermedad, la angustia o el desamor. Nos parece que esta sociedad genera demasiados descartados y tirados a la orilla del camino. Sin esperanzas ni futuro y con una tristeza infinita en su corazón. Y como contrapunto nos aparece la palabra consuelo/consolación con una fuerte carga emotiva que llena la actividad positiva ejercida en favor del otro. Esto nos evoca la imagen de alguien que acoge y abraza, que se abaja y recoge, que ayuda a levantarse y a llenar de cariño a quien no encuentra sentido a su vida, que se siente desorientado, que vive una soledad impuesta o que no aspira a encontrar nunca la felicidad. Por supuesto la tristeza es la consecuencia de una causa profunda que nos obliga a indagar si queremos curar,poner bálsamo en la herida, o proteger a nuestro hermano de una circunstancia negativa.

Jesús proclama “bienaventurados a los tristes porque ellos serán consolados” (Mt 5,4); ante la multitudcansada, perdida, sin guías siente una inmensa compasión (Mt 9, 36); calma el hambre de la muchedumbre (Mt 15, 37); consuela a la viuda de Naím (Lc 7, 15) e invita a los fatigados y agobiados a acudir a Él y les promete alivio y descanso (Mt 11, 28-30).

Os invito a que perdáis la vergüenza de actuar dando mucho consuelo a todos y a unir vuestras voluntades a aquellos que actúan como lo hace Jesús en el evangelio.

+Salvador Giménez

Obispo de Lleida