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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
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Fecha publicación: 
Vie, 01/26/2018

Es normal ver a personas mayores utilizando su tiempo en habituales distracciones o juegos de mesa, en bares o cafeterías. También los vemos a diario con bolsas de la compra ayudando en las tareas domésticas, o en conversaciones tranquilas en los parques de pueblos y ciudades.

Algunos dedican parte de su tiempo, prolongando su labor anterior, colaborando en talleres u oficinas familiares. Otros, a las lecturas o ejercicios intelectuales. Las personas mayores de nuestro entorno quieren mostrar a todos que su actividad es una prueba más del cariño por la vida y del afán de superación en todos los órdenes. Incluso, cuando se encar gan de acompañar a sus nietos colaborando en su educación familiar y social. Nos dan a todos lecciones de cariño y dedicación desinteresada. Y ello es motivo de agradecimiento y ejemplo a seguir.

Digo todo esto para poner de relieve una acción de muchos de nuestros mayores, que no olvidan su experiencia cristiana y continúan su formación y compromiso parroquial o diocesano. Se reúnen en pequeños grupos de reflexión, rezan, dialogan y celebran la fe. Además, se implican en tareas pastorales y se ayudan para mantener el espíritu de colaboración y de servicio a la comunidad. Son grupos redu cidos, englobados en un movimiento apostólico que recibe el nombre de Vida Creixent, extendido en muchas diócesis. Es posible que para muchas personas sea un movimiento desconocido.

Por ello haría falta informar a todos de su existencia e invitar a los posibles interesados a participar en alguno de estos grupos parroquiales, para enriquecer con sus ideas y opiniones a los demás y para dejarse acompañar por ellos. Me consta que los actuales componentes están muy satisfechos, manifestando mucho interés en incorporar a más miembros. Me insisten, además, en que es compatible la pertenencia a un grupo de Vida Creixent con las diversas tareas y actividades mencionadas al principio de este escrito.

Se puede hacer todo lo que conviene para distraerse o para ayudar; también para seguir en la formación cristiana. Vida Creixent celebra la fiesta anual de sus patronos el día 2 de febrero. Son los ancianos Simeón y Ana, que se encuentran con Jesús el día que sus padres, cumpliendo la ley, lo llevan al templo para presentarlo al Señor. Ese día los miembros de Vida Creixent se reunirán en la Eucaristía i pedirán por sus familiares, así como por todos los problemas y necesidades de nuestra sociedad. Que nadie les olvide, que vean siempre reconocidos sus desvelos y su dedicación. Que los creyentes recen por los mayores para que Dios les conserve la salud y el bienestar junto a los seres queridos. El movimiento tiene un himno que cantan todos ellos al final de sus celebraciones. Es muy vibrante, y lo cantan a sus años con mucha fuerza y vigor; repiten una frase que resume su actuación: I aquesta alegria ningú ens la prendrà.

Unas personas que se atreven a decir esto son dignas de elogio y de admiración. Un pequeño folleto sirve como hilo conductor de las reuniones de Vida Creixent a lo largo del curso. El de este año tiene como título La primavera a la tardor de la vida. Tiene una determinada metodología, con un elenco de temas para cada uno de sus encuentros: benestar, fortalesa, pau, creixement, felicitat, compartir, generositat, servei, creure y serenor. Con seguridad le interesará a más de un lector, y preguntará por este movimiento apostólico que tanto beneficia y engrandece a sus miembros.

† Salvador Giménez Valls

Obispo de Lleida