Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 02/10/2019

Queridos diocesanos:

Cuando llega la segunda semana de febrero a todos nos resulta normal el mensaje que nos hace llegar la organización de Iglesia llamada MANOS UNIDAS alertando a nuestra sociedad de la tragedia del hambre en muchas personas del mundo actual, promoviendo iniciativas para atender programas y proyectos de los pueblos con mayores carencias en el desarrollo económico y social y recordando a todas las comunidades cristianas su deber de ayuda y solidaridad hacia los hermanos del llamado tercer y cuarto mundo. Desde el principio de su existencia la intuición del grupo de mujeres de Acción Católica se dirigió a la ayuda de los países y comunidades humanas más pobres y ello ha permitido que se situara fundamentalmente en el área de la cooperación internacional. Y así continúan hasta hoy. Parece que tanto los responsables como los colaboradores mantienen un intenso optimismo con la esperanza puesta en el futuro para seguir ayudando. Seguro que el Señor les premiará sus motivaciones, sus esfuerzos y sus tareas.

Por mi parte me siento obligado a colaborar con mis palabras o con mis escritos en la difusión entre vosotros de esta magnífica iniciativa porque visibiliza con mucha claridad las dos dimensiones fundamentales de nuestra fe: la respuesta personal y comunitaria a seguir a Jesucristo y la dedicación a solucionar los problemas de los hermanos más pobres de la tierra. Habituados a comentarios superficiales o a programas televisivos prescindibles y escandalosos, que sólo vierten lo peor del ser humano sobre las miserias morales de los demás, es aleccionador encontrar este modo de actuar de Manos Unidas que ennoblece el corazón humano y saca lo mejor de sí para que el prójimo sea atendido por su dignidad, que nace de ser hijos de Dios y hermanos de todos.

La campaña de este año, centrada en el Ayuno voluntario que se hace en tantas parroquias y en la petición de dinero en múltiples centros escolares y lugares de culto, tiene un significado especial: MANOS UNIDAS cumple 60 años y están de fiesta y de agradecimiento. Desean compartir la alegría con todos nosotros y quieren recoger el testigo de aquellas primeras mujeres de Acción Católica que se comprometieron a luchar contra el hambre en todo el mundo, con un ideal particular: remediar el hambre de PAN, el hambre de CULTURA y el hambre de DIOS. Es un buen momento para recordar a las miles de mujeres, muchas de ellas ya fallecidas, y para agradecer su labor por tratar de humanizar con su acción este mundo tan competitivo, tan tecnológico, tan globalizado e intercomunicado, renuente a considerar la persona como el centro de todo.

Y así continúan hasta el día de hoy en todas las diócesis españolas. También en la nuestra contamos con un grupo de incondicionales en esta tarea de la organización. En nombre de todos les agradezco su compromiso y su dedicación.

Una palabra final sobre el lema de este año: CREEMOS EN LA IGUALDAD Y EN LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS. Quiere ser un homenaje a esas mujeres que siguen en medio de las dificultades de la historia construyendo familia, sosteniendo sus comunidades o poblados, educando a sus hijos, cuidando su salud y promoviendo vida en todas sus dimensiones. Manos Unidas lo hace no sólo con palabras sino con los hechos que permanentemente explican a la sociedad. Os invito a cooperar con esta benéfica institución que ha sido testigo privilegiado de la ternura de Dios, de la alegría de la solidaridad y ha generado, por su buena gestión y por su adecuada comunicación, una gran confianza entre nosotros.

Con mi bendición y afecto.   

+Salvador Giménez, obispo de Lleida.