Montse Sánchez ha sido nombrada hace unas semanas coordinadora del Departamento de Pastoral Aplicada del IREL. Su misión es la formación teológica, pastoral, espiritual y psicopedagógica de personas cristianas que se sientan llamadas a ejercer el ministerio de Animadores de Comunidad o de Agentes de Pastoral. Hemos aprovechado para hablar con ella de su tarea y del papel de estas figuras que gestionan, junto con los rectores, algunas comunidades parroquiales de nuestra diócesis.
1. ¿Qué misión te ha encomendado el obispo?
Hace unas semanas que soy la coordinadora del Departamento de Pastoral Aplicada del IREL, y a grandes rasgos coordino la formación de los Animadores de Comunidad y de los Agentes de Pastoral. Podemos decir que hago de puente entre estas personas que se han sentido llamadas a desempeñar esta tarea a una comunidad parroquial, el IREL y el Obispado. Hasta ahora ha desarrollado esta tarea Laureano Sánchez y aprovecho para darle las gracias por todo lo que ha hecho.
2. Cuando nacieron las figuras de los animadores de comunidad en nuestro obispado y porqué?
Fue una iniciativa del Obispo Joan Piris y del resto de Equipo Episcopal que se presentó a finales del mes de mayo del año 2014. El objetivo era mantener la llama de las comunidades ya que faltaban sacerdotes. Yo fui una de estos primeros animadores y ya entonces me destinaron a Pardinyes, parroquia que cuenta ya con tres animadores que colaboramos con Mn. Joan Jové. Actualmente hay 20 animadores que han sido enviados a diferentes parroquias de la diócesis y hay 7 más que están pendientes de destino.

3. ¿Quiénes puede ser animadores de comunidad?
Pueden optar a la formación que ofrece el IREL para ser animadores y han terminado los cursos de Agente de Pastoral, diplomatura o licenciatura en ciencias religiosas y ser presentado por una comunidad parroquial o un movimiento cristiano. También pueden ser animadores los seminaristas o los diáconos en formación. Además, el rector ha de enviar una carta de recomendación para que la persona interesada pueda desarrollar la formación específica de Animador de Comunidad.
4. ¿Cuáles son las tareas concretas de los Animadores de Comunidad?
El objetivo principal es mantener vivas las comunidades y para hacerlo hay que coordinarse con el cura de la parroquia. Entre estas tareas destacan por ejemplo la coordinación de la catequesis; la organización de la liturgia; preparar los tiempos especiales del año como el Adviento o la Pascua, cuidar de los diferentes grupos de la parroquia, escuchándolos y poniéndonos a su servicio; organizar los grupos de reflexión bíblica, así como charlas formativas; entre otros. Si es necesario también hacemos acciones litúrgicas, como celebraciones de la palabra cuando el sacerdote no está, lo que permite que la comunidad se siga reuniendo. Hay que decir que los Animadores hacemos entre cuatro y cinco encuentros durante el curso y también estamos llamados a seguir una formación permanente.
5. ¿Cómo valoran las comunidades la presencia de los Animadores?
Creo que valoran nuestra labor positivamente. Pienso que nos consideran cercanos y que valoran que destinemos tiempo a escucharlos y coordinar los grupos. Un tiempo que muchas veces no tienen los sacerdotes ya que en los últimos tiempos han tenido que asumir más volumen de trabajo.