Un nombrós grup de joves de l’Acció Catòlica de Madrid, que tenen al Beat Francesc Castelló com a Patró, van visitar la ciutat de Lleida el passat 12 d’octubre, de camí a la beatificació de 522 màrtirs de la persecució religiosa, que tingué lloc el 13 d’octubre a Tarragona. El grup de joves, encapçalat pel president de l’Acció Catòlica General de Madrid José Ramón García, va aprofitar la seva estada a Lleida per visitar els indrets marcats per la vida i el testimoni martirial del seu Patró Francesc Castelló i homenatjar-lo en la nostra ciutat on el nostre jove màrtir va lliurar la seva vida per Crist i els germans. (També podeu veure el vídeo amb entrevistes).

Així els joves madrilenys, amb emoció i disposició a la reflexió i la pregària,, van poder visitar l’església de Sant Pere, on hi ha la capella del Beat i l’exposició permanent, a mena de memorial de la seva vida i testimoni martirial.

Allí celebraren l’Eucaristia presidida pel seu consiliari i concelebrada per Mn. Gerard Soler, vici-postulador de la Causa de Canonització de Francesc Castelló, que acompanyà el grup en el seu pelegrinatge pels indrets martirials del Beat. Pelegrinatge juvenil que culminà davant la fosa comuna del Cementeri de Lleida, on reposen les despulles d’aquest jove màrtir.

Al vespre, els joves participaren en la Vetlla de Pregaria preparatòria a la Beatificació dels Màrtirs celebrada a la Catedral de Lleida i presidida pel nostre Joan Piris. En el decurs de la Vetlla, un d’aquests joves de l’Acció Catòlica Juvenil de Madrid en nom de tot el grup, intervingué per explicar quan, com i perquè van prendre ells com a Patró al nostre Francesc Castelló i alhora com els impactà el seu testimoni. Ho feu amb aquestes sentides paraules:

“En nombre de la Acción Católica General quiero agradecer ante todo esta oportunidad de participar en esta vigilia diocesana. De camino a Tarragona, donde mañana serán beatificados 522 mártires de España, hemos querido hacer una escala en Lleida para conocer y venerar los lugares que nos hablan de la vida y el testimonio del beato Francisco Castelló Aleu. En el año 2008 la Acción Católica General de Madrid eligió al beato Francisco Castelló como su patrono.

Pero ¿por qué es nuestro patrono?

Francisco Castelló es la definición personificada del militante de Acción Católica, que expresa a través de nuestras cuatro notas. Francisco Castelló es ejemplo del laico que, trabajando por el fin apostólico de la Iglesia, se organiza, vinculado a la jerarquía, para santificarse y llevar a Cristo a los demás.

Fue laico, y en tal condición, fue un joven que vivió como el resto de los jóvenes de su época, en sus estudios, en su trabajo y en sus relaciones. Como todos ellos se vio inmerso en medio de una sociedad concreta, con unos desafíos concretos. Precisamente esta normalidad en su vida es el primer ejemplo para nuestra vida: supo ser fiel en lo poco para, en el momento decisivo, ser fiel en lo mucho. Supo ser santo en el día a día, dedicándose a la oración, cuidando su formación y viviendo como todo un cristiano. El fin heroico de su vida no sorprende. No es más que la confirmación de una vida entregada a Dios en su estudio, en su trabajo, en su familia, en su noviazgo. Francisco Castelló es la demostración de que se puede ser profundamente fiel a Jesucristo desde el laicado, superando los complejos que muchas veces nos acechan al pensar que la santidad está reservada a sacerdotes o consagrados.

Fue profundamente apostólico, y esa vida aparentemente normal estuvo a la acción del Espíritu Santo de manera que su vida se impregnase de Dios. Fue un ejemplo para sus propias hermanas, una referencia para sus compañeros de estudio, que siempre descubrían en él una alegría especial, un signo de contradicción para sus compañeros de trabajo, que no podían comprender que se dedicase al apostolado. Una vida como la suya sólo podía acabar con un testimonio de su fe, que es lo que significa la palabra “martirio”. Su muerte impresionó a todos los que le rodeaban, pues también en ese trance definitivo Francisco fue capaz de anunciar el Evangelio, demostrando a sus captores su fe en el poder de Cristo sobre la muerte, enseñando a sus compañeros la esperanza de la vida eterna y amando a sus familiares y a su novia hasta el extremo, doliéndose más por ellos que por él mismo.

Estuvo profundamente vinculado a la Acción Católica. Nunca gustó de ir por libre, sino que trabajó siempre vinculado muy fuertemente a la Iglesia, a través de diferentes organizaciones de entre las cuales fue la Acción Católica el lugar en el que se encontró más a gusto. Francisco sabía que el amor a Dios se vive y se recibe en su plenitud en la Iglesia. Así, no fue un miembro de número de las varias asociaciones a las que perteneció, sino que siempre fue muy activo.

El propio Papa Pío XI, quien definió de forma más precisa las notas de Acción Católica, fue el primero que lo destacó como modelo de militante de Acción Católica. Cuando las tres cartas que escribió Francisco Castelló antes de su martirio llegaron a manos de Pío XI, las retuvo para sí emocionado y añadió: "Este joven será uno de los primeros mártires de España y el modelo de los jóvenes de Acción Católica del mundo".